¿Cuántos años habían pasado? ¿veinte?,
quizá alguno más pero Mariana aún recordaba la mirada perdida sobre aquel pupitre, su pupitre de quinto. A pesar
del tiempo transcurrido sentía viva la tristeza
que la invadió cuando se dio cuenta de
que las marcas que en él habían dejado tantos niños podían desaparecer, dudaba
si tatuar ella misma su paso por el colegio o no, total, sería el último día de
todo y no tendría mucho sentido..o sí...perdida, nerviosa y desesperada no
sabía cómo ni dónde refugiar su angustia. Las compañeras también acusaban la
situación, ensimismadas cada una en sus propios pensamientos eran incapaces de
seguir el ritmo de la clase de lengua que la profe se empeñaba en impartir.
¿Acaso no sabría la noticia?, era una mujer solitaria y rara..quizá nadie le
había explicado que el día de mañana sería el último para la humanidad, que ya
saber identificar y analizar las oraciones copulativas era un sin sentido.
La ansiedad de grupo crecía y algo insano
y agobiante se había apoderado del ambiente, algo que jamás había
experimentado..un silencio tan asfixiante que provocaba aún más la
sensación de descontrol que la invadía.
Sus manos se aferraba cada vez mas
fuerte al tablero de aquel viejo pupitre, como si éste pudiese darle cobijo o
sosiego, sabía que no tenía sentido, que era sólo un mueble, pero . el olor a goma de borrar y tinta que
desprendía le resultaba tan familiar que se sentía como entre los brazos de su
madre.
Por fin Dña. Serpentina, que así se
llamaba la maestra, terminó de escribir en la pizarra y con aire tranquilo se
volvió a las niñas subiéndose las gafas que, como siempre, se deslizaban por su
nariz en cuanto se despistaba. Con una mueca graciosa, Mariana invitó a su compañera de pupitre para que
observase el detalle: ¿qué sería de la maestra sin sus lentes medio caídas?,
desde luego no sería ella.
A pesar del despiste, que también
caracterizaba a tan particular "seño", ésta se volvió con
tranquilidad y con toda la ternura de la que fue capaz se dirigió a las pequeñas:
--Chicas, me parece que no prestaís la
suficiente atención a esta clase, ¿algún motivo para ello?
Los ojos de las asustadas muchachas se
abrieron enormemente sin entender...efectivamente, la maestra no tenía ni idea
de la catástrofe que se les avecinaba, vivía en los mundos de yupi junto a
todos los sueños..ahora lo tenía claro, no pertenecía a este mundo.
--Dña Serpentina –dijo Mariana, estamos
muy asustadas porque mañana se acaba el mundo, ¿no lo sabe?, corra a refugiarse
con su familia, entre sus amigos y todos aquellos de los que no quiera
separarse…mi madre me ha dicho que mañana vendré al colegio como cada día..y no
lo entiendo, ¿no me ama? Y la pequeña rompió en un sonoro llanto.
--Cariño, no pienses eso --respondió la maestra. Precisamente porque
eres, mejor dicho, porque sois lo que más quieren vuestros padres mañana debeís
seguir con vuestra vida como si nada fuese a suceder, quizá sea una de las
decisiones más duras que deban tomar, renunciar a sus hijas y verlas partir
sabiendo que puede ser el último momento que las disfruten.
No, no me miréis con esa cara, no, que me rompeís el alma..no estoy loca; se lo que
se dice, se lo que se cuenta, lo que puede o no suceder…pero aunque sois
pequeñas e inocentes debeís ir aprendiendo que en esta vida, vuestra vida, la
que os ha tocado…os vais a encontrar con tantos fines del mundo como instantes
desesperados y entonces sentiréis que la respiración os falta, la cabeza os
estalla, gritareis y llorareis en silencio y os abandonareis a vuestra suerte
en un instante…pero no se puede huir siempre, no podemos refugiarnos en un
sueño, en los cómodos brazos de alguien que nos proteja y nos salve incluso de
nosotros mismos, no podemos detener el mundo y sentirnos su ombligo. Si alguna
vez sucede, nos debe encontrar en calma, serenos, porque lo que ha de ser,
será…pero si no es así y logramos superar ese instante de muerte, la lucha debe
continuar y nosotros con ella, no lo dudéis ni lo cuestionéis, no deis ventaja
a vuestro enemigo, el miedo, pues con cada una de las veces que logremos
superar una situación de este calibre nos convertiremos en personas mas fuertes
y preparadas para disfrutar de cada instante, que es al final a lo que se
reduce el caminar por esta vida, pequeños instantes…
Ahora, queridas niñas…¿seguimos con la
clase?
El ambiente se relajó y los sollozos
cesaron, el miedo persistía pero la convicción de que cada uno debe encontrarse
en el lugar que le corresponde en el momento adecuado tranquilizó a las
pequeñas, alguna de ellas harían de esta experiencia su bandera.
Y aquí termina esta pequeña historia,
basada en hechos reales, tan reales que perdurarán por siempre en el corazón de
una mujer, como cualquier otra y en una vida que ha pasado por tantos finales
como comienzos..cada vez mas cansada, si, pero que aún siente el calor acogedor
de su querido pupitre y las cálidas palabras de aquella profesora, muerta ya
hace algunos años, pero seguro que encontrándose en el momento y lugar que le
correspondía.
Bonito y algo triste...
ResponderEliminarSaluditos
Ivo
Es lo que salió¡ :). Gracias por acompañarme
Eliminar¡Hola! Tu relato es muy tierno, y muy célebre. ¡Gracias por compartirlo!
ResponderEliminarGracias a ti por acompañarme Maria, un verdadero placer..
EliminarHola Cloe, en tus relatos observo que vas de menos a más. Al principio no me ha atraído mucho la historia, pero reconozco que has ido "in crescendo" hasta rematar con un tierno y buen final. La historia es una más, algo esperado de lo que trataba el título, pero me ha parecido que has querido dejar ver algo más allá de la historia de Mariana. Espero que en otro de tus relatos nos cuentes algo más de Dª Serpentina.
ResponderEliminarAunque haga estas puntualizaciones, si, me ha gustado.
Gracias por ser mi fiel seguidora Aquario, has dado totalmente en la diana con la expresión: "me ha parecido que has querido dejar ver algo más allá ". Efectivamente, mi propósito no conseguido (a la vista está) era crear un fin del mundo paralelo al que nos ocupa. Hacer partícipe de una experiencia personal que viví de niña y que me ha ayudado a lo lardo de mi vida: "cuando tenga que ser, será..", pero no me refería al fin del mundo "avisado"...sino a las situaciones en las que nos encontramos a nivel personal y que sentimos como "que el mundo se acaba para una misma"...no lo he conseguido, pero me enorgullece contar con gente sincera como tú...sigo aprendiendo...Y MUCHO. Besos
EliminarMuy bonito el relato y muy tierno.
ResponderEliminarUN saludo!!
Gracias Raquel, uno de los pocos relatos autobiográficos (aunque parezca lo contrario) quizá me haya traicionado precisamente eso, la ternura y admiración que siento por mi gran maestra.
EliminarCloe: Aunque tu relato enfoca la actitud de una maestra, al parecer, bien intencionada, yo cuestionaría su manera de dirigirse a las niñas. De por si, la atención que se le dio al dichoso "fin del mundo", fue, a mi criterio, demasiada.
ResponderEliminarUn maestro debe dar seguridad a sus alumnos y tratar un tema como este con un enfoque más coherente.Nunca les diría "renunciar a sus hijas y verlas partir sabiendo que puede ser el último momento que las disfruten.". Creo que lo que debe decir es: "Chicos, esto no pasa de ser más que una especulación. No deben dejarse llevar por ella, sólo es una predicción, y una predicción no está fundada en cuestiones científicas".
Bueno es sólo una opinión.
Cariñosamente: Doña Ku
Dora Ku, no sabes lo que aprecio tu punto de vista. Efectivamente, el mensaje que quería transmitir lo he puesto en boca de una maestra pero no he trabajado lo suficiente el personaje: primer error. Otro, que tambien he descubierto gracias a tu sincero comentario, es que no he perfilado la edad de las niñas...no tan pequeñas como podeis haber captado; vamos, que las prisas nunca son buenas. Como siempre, un verdadero placer contar con tu constructivo comentario.
EliminarPues a mí me ha gustado y, aunque no esté totalmente de acuerdo con el enfoque que la maestra le dio al tema del fin del mundo, lo entiendo sencillamente como que es una persona diferente de mí y con distintas opiniones y puntos de vista. En otras palabras, lo veo bien en el contexto en que lo has puesto. Además, transmite (o lo intenta) a sus alumnas una lección valiosa, que es que una no puede dejarse paralizar por los "y si...?", que hay que seguir moviéndose.
EliminarRecomendaría que dieses un repasín a la puntuación y esas cosas, que el teclado no ha cooperado con algún plural de la tercera persona y eso, pero creo que tu relato está muy bien.
Un beso.
Dios Alejandra, si lo has expresado y sintetizado mucho mejor que yo ja ja.....y si, las normas me pueden, la ortografia...es mi verdadera limitación. Pero, te digo una cosita, estoy descubriendo que no solo corazón hace falta para una buena historia asiesque te prometo ponerme manos a la obra desde ahora mismo. Gracias por acompañarme ;)
EliminarDe mil amores, Cloe.
EliminarTambién te digo otra cosa: aunque no haga falta "solo" corazón para hacer una buena historia, el corazón es el alma. Lo demás se puede adquirir o imitar, pero al final, si no hay corazón, lo que está hueco está hueco y de ahí no se puede sacar nada. Así que tienes lo ma´s importante.
De todos modos, tú estás lejos de tener solo corazón, tienes buena prosa y creo que estructuras bien las historias. Te falta pulir, pero creo que hasta Tolkien y Cervantes seguirían puliéndose si siguieran vivos y escribiendo :p
A mi me parece dulce, muy dulce... a veces a los niños hay que tratarlos con dulzura y no dejarles caer un jarro de agua fría con lo que puede ser la verdad.
ResponderEliminarGracias cielo, los niños son una bendición :)
EliminarHola Cloe :)
ResponderEliminarCoincido absoluta y totalmente con Dora acerca de la maestra, de ahi en fuera fue entretenido leerte XD, muchas gracias por compartirnos tu relato este mes :)
¡Saludos!
Gracias a ti por acompañarme y, si, ahora visto desde otra perspectiva mi planteamiento del relato quizá sería distinto ;)
EliminarMe gusta el final, tienes una muy linda manera de narrar las historias, coincido con Dora, pero admito que supiste salir muy bien con tu historia.
ResponderEliminarFelicitaciones
Gracias por acompañarme Drek, para mi eres mi auténtica revelación. Te sigo la pista ;)
EliminarQué tierno Cloe!!! Me ha gustado especialmente el principio (estaba visualizando tan claramente esta niña!!) y el final (conmovedor).
ResponderEliminarFelicidades
Un besito
Como siempre, gracias por acompañarme..tu aportación es muy valiosa para mi. Cuídate ;)
EliminarDoblemente encantadora tu historia: por la manera de narrarla y por ser un echo real.
ResponderEliminarFelicidades.
Un abrazo.
Gracias por tu comentario Ibso, siempre serás bienvenido a mi pequeño rincón. Saludos
EliminarMe gusta el texto y el mensaje, en especial el de la profesora. Y por lo que he leído en los comentarios, no estás ni traumatizada ni te medicas porque un día te dieron esta lección que te está ayudando a lo largo de tu vida, ¿verdad? Entonces, ¿qué tiene de malo? ¿Que dice las cosas por su nombre?
ResponderEliminarY ya puestos, opino que no se puede seguir tratando a los de treinta como adolescentes. Mira, cuando oigo por la radio: "un chico de treinta y dos años..." ¿Chico? ¿Y cuando será un hombre? ¿A los cincuenta?
En fin, perdona por desbarrar en tu casa, y déjame que te diga que admiro tu valor al dar buenos mensajes.
Besos.
Daniel, qué sería de mi casa (como tú dices) sin tus visitas y comentarios?
EliminarCuando leí por primera vez el título de tu blog, después de una sonora carcajada, te definí como presuntuoso ja ja ja...ahora lo sé, eres único y no encontraremos otro como tú ;)
Siempre agradeceré tus visitas y Gracias a ti por ser tan auténtico. Cuídate.
Me ha encantado tu relato y me parece que tiene un mensaje muy claro, en la vida no todo es color de rosa y al final todos lo terminamos averiguando. Y por lo que veo el comentario de tu profesora a tí te ha servido en la vida y te dió seguridad y eso es bueno. Bsss
ResponderEliminarSi, muy cierto. Bien y acertado resumen. Gracias por acompañarme. Cuídate.
EliminarA mí también me desconcertó un poco la actitud de la maestra hacia el fin del mundo, aunque el mensaje me gusta.
ResponderEliminarPD: No soy un robot, no hace falta que lo demuestre con una palabra de verificación. Las odio y tengo por norma no seguir adelante cuano las encuentro. Excepción por esta vez... ^^.
Aunque mi maestra es muy particular, creo que me he dejado llevar y le he dado mi propio toque..sin estudiar el personaje suficientemente..pero, ¿sabes qué?, ha sido muy positivo para mi aprendizaje :)
EliminarDesconocía que tenía activadas las palabras de verificación..a mi tampoco me gustan ;)
excelente detalle: el hecho de que sea basado en la realidad.
ResponderEliminarsaludos
Precisamente la realidad ha sido la cara y cruz en esta historia. Habitualmente, contrario a lo que puede parecer, no escribo sobre propias experiencias, me limito a crear una historia sobre una sensación, un sentimiento, lo que me transmite otra persona y enfrentarme a esto ha sido todo un reto. Gracias por acompañarme Navia, todo un placer :)
EliminarQué nostalgia da leer tu historia; me he acordado de mis propias maestras de la infancia.
ResponderEliminarEs un toque muy dulce entre los relatos que he leído.
Saludos!
Nostalgia es lo que yo he sentido escribiéndolo..incluso he recordado detalles que ni pensé hubiesen sucedido jaja. Gracias por acompañarme.
EliminarMuy tierno tu relato, y qué gran ejemplo esa maestra... Felicitaciones, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSi lo es, si señor. Gracias por acompañarme ;)
EliminarMe ha gustado el relato y sobre todo la moraleja que se desprende de ella. La maestra es formidable. Tomo nota de lo que dice. Un abrazo.
ResponderEliminarOtro para tí, gracias por entrar y dejar tu comentario. Cuídate ;)
EliminarMuy bonita la historia, me he acordado de cuando estaba en la escuela y se acercaba el año 2000 y como imaginabamos que el cambio de milenio iba a causar extragos. Me gusto tambien el mensaje de la profesora, saludos.
ResponderEliminarGracias, espero te ayude a ti también. Saludos
EliminarMe gustó tu relato, de manera simple, deja un mensaje valioso.
ResponderEliminarSaludos
Para mi ha sido un pilar sobre el que he sostenido momentos verdaderamente dificiles. Gracias por acompañarme Gabriela.
EliminarLo que ha transmitido la profesora es que no podemos escapar a nuestro destino y que lo tenga que pasar pasará y pienso exactamente lo mismo. Me ha gustado mucho. Un beso
ResponderEliminarAjá, me alegro te haya gustado. Gracias por leerme ;)
EliminarMe ha gustado mucho. Y si, se puede sacar mucho de las palabras de esa entrañable profesora. Y es que hay momentos en la vida que son puntos de inflexion y el como salir de ellos o vivirlos es lo que nos define(lei esta reflexion en un libro y me encanto). Esta genial que hayas hecho el relato fijandote en hechos de tu pasado. Un beso!
ResponderEliminarOtro enorme para ti, me emociona comprobar que el mensaje ha sido recibido...y de que manera¡¡¡ Gracias por acompañarme :)
EliminarEs una historia entrañable, con su moralina y con su lección; tan útiles que tan solo tu sabes cuánto. La descripción psicológica de la profesora eestá bastante lograda, se nota que la tratas con mucho cariño, y eso hace que el último párrafo, en el que dices que es una historia real, sea muy creíble. Enhorabuena, sigue así.
ResponderEliminarSi me permites decirte una pequeña cosilla, no sobre la historia si no acerca de la introducción de los diálogos. Creo que el diálogo directo está mal introducido. Lo que dice el narrador va entre guiones. No quiero sonar pedante, de veras, y me temo que lo estoy haciendo, aún así espero que te ayude el siguiente extracto de la RAE:
5.9.3. Para introducir o encerrar los comentarios o precisiones del narrador a las intervenciones de los personajes. Se coloca una sola raya delante del comentario del narrador, sin necesidad de cerrarlo con otra, cuando las palabras del personaje no continúan inmediatamente después del comentario. Por ejemplo:
—Espero que todo salga bien —dijo Azucena con gesto ilusionado.
Se escriben dos rayas, una de apertura y otra de cierre, cuando las palabras del narrador interrumpen la intervención del personaje y esta continúa inmediatamente después. Por ejemplo:
—Lo principal es sentirse viva —añadió Pilar—. Afortunada o desafortunada, pero viva.
Tanto en un caso como en el otro, si fuese necesario poner detrás de la intervención del narrador un signo de puntuación, una coma o un punto, por ejemplo, se colocará después de sus palabras y tras la raya de cierre (si la hubiese). Por ejemplo:
—¿Deberíamos hablar con él? —preguntó Juan—. Es el único que no lo sabe.
—Sí —respondió la secretaria—, pero no podemos decirle toda la verdad.
Espero que no te moleste el inciso.
Un cordial saludo!