Quien me acompaña

sábado, 11 de febrero de 2012

El Beso

     Poco podía yo imaginar que cuando aquella mañana, como tantas otras, apagué el despertador medio adormilada, me enfundé las  botas altas y todavía con los ojos medio cerrados me maquillé, vestí mis labios de carmín y brindé al espejo un:  ¡Hola mundo, ahí voy¡¡  iba a ser recompensada con creces por tantos meses de  hastío,  iba a revivir un momento tan intenso como importante en mi vida…..mi primer beso robado¡¡¡ .Después de tomar a trote mi habitual taza de café y llegar al trabajo tarde cinco minutos, también como siempre , comencé mi cotidiana jornada laboral….aunque esa mañana si iba a ser especial para mí. Alguien me añoró, me echó de menos y pese a no ser su costumbre me invitó a desayunar.
-Te apetece tomar un café conmigo?

     Gratamente sorprendida pero incrédula y sospechando que tan generosa invitación podía ocultar algún oscuro motivo acepté. Después de tanto tiempo……no sé…pero bueno, un café y a seguir con la rutina. Elegí un discreto sitio pero en mi bar de siempre  dónde llevo  desayunando desde que el mundo es mundo y al que no pensaba renunciar por nada ni  nadie………….q se adapte,  él es el intruso (pensé), seguro que hasta fruncí un poco el ceño de una manera inconsciente como también es mi costumbre cuando me siento contrariada.
-Que sorpresa, que tuvieses tiempo para desayunar conmigo, solté socarronamente y sin poder aguantar más…..algún motivo especial?
-No, esta mañana te noté algo  alterada al levantarte  y me preocupé.
Había guardado mi mano dentro de las suyas y me la acariciaba de una manera casi nerviosa….eso me enterneció; me satisfizo notar que se sentía inseguro….me agradó descubrir que sentía miedo……..miedo a perderme. La velada se fue relajando, reímos como hacía tiempo , recordamos sin dolor….y mi mano seguía protegida entre las suyas, ya se encargaba de no soltarla y yo de que no se soltase.
Entre risas y arrumacos se cruzaron nuestras miradas, descubriendo  allí, en lo más profundo de aquellos ojos…escondido entre  tantos años  de sufrimiento encubierto seguía  el hombre del que me había enamorado mucho tiempo atrás . No se había perdido ni una pizca de esa mirada de juventud, amor y deseo que me cautivó en mi adolescencia.  Entonces me di cuenta  que quizá no hubiese desaparecido, quizá fui yo la que no supo buscar, la que perdí la esperanza……En un segundo reviví un instante sucedido hacía siglos, pero que me llenó durante muchos años: El primer beso que me robó,  el que me cautivó y me hizo suya. Paralizada como una estatua por la sorpresa y la propia emoción no fui capaz de responder…..mis facciones rígidas e impenetrables, mis manos caídas……vamos, que estaba para una foto jajajaja.
Todavía me parece sentir la  suave presión que sus labios  delicadamente  ejercieron  sobre la comisura de los  míos….con ello selló toda la pasión que un corazón sensible como el suyo era capaz de albergar. Ya os he comentado que, dada mi condición de estatua residente en la silla de un bar, no pude responder de igual manera……….pero respondí…….vaya si respondí…lo besé con la  mirada, le hice sentir  toda la pasión de la que una mujer joven y enamorada es capaz, mis ojos le devolvieron todo el calor que mi cuerpo, presa del nerviosismo del momento, no supo. Mi  mente  sabedora que el lugar no era el adecuado supo controlar.El me robó un beso, yo le arranqué un suspiro…..y ambos comprometimos los más sagrado: Nuestra voluntad.
Ha  pasado mucho tiempo desde entonces, muchas lunas han caído pero la marca que ese beso dejó en mi corazón sigue viva y nos mantiene unidos.



                                      

2 comentarios:

  1. Hay besos que son inolvidables porque los sientes por debajo de la piel y te transportan a un mundo aún sin definir, que no es real, ni irreal. Maravillosamente sucede que, en ese momento, sólo existe un extraordinario mundo de dos.

    ResponderEliminar
  2. Precioso Carlos, me alegra que hayas compartido conmigo un sentimiento tan especial y, sobretodo, haberte hecho rememorar tan "cálido" recuerdo.

    ResponderEliminar