El vértice del círculo

El proyecto para este mes de noviembre de nuestro grupo "Adictos a la escritura" consiste en escribir un microrrelato a elegir entre varios  temas evitando el uso de ciertas palabras, llamadas prohibidas. . Como podreís comprobar yo he optado por el encuentro amoroso y, por lo tanto, mis palabras prohibidas son:pasión, deseo, amor, lujuria, cariño. Me hubiese gustado participar con cada uno de las ideas propuestas  pero la  falta de tiempo me lo ha impedido. Como siempre......ENCANTADA DE COMPARTIR CON TODOS VOSOTROS. Besos.

                                                    El vértice del círculo

  “Difícil es besar en la mejilla a quien ya has besado en la boca” –leía Mariella en una de tantas frases publicadas en la red.  Sentía cada día con  rabia la desazón de tener que vestir la mejor de sus sonrisas para quien  había decidido retirarle sus labios y ofrecerle su mejilla. Era duro e insufrible hacerle  ver que se sentía como dios…cuando lo que realmente le gritaría es: “Te haría sentir un dios entre mis piernas…”.

Esa mañana,  resignada a compartir el ascensor con el hombre a quién ya no sabía cómo olvidar, Gonzalo, decidió castigarlo con el látigo de la indiferencia, demostrarle que ella también había pasado página y con algo de altanería y esa chulería innata de la que se jactaba graciosamente en alguna ocasión se dispuso a lidiar la que creía su última batalla. El momento llegó,   la puerta se abrió  y allí estaba... así, de esa manera tan…..tan, tan….excitante. Hubo de reconocer  que la llama que la consumía aún seguía viva y  luchar contra lo evidente era una jilipollez.  Qué embriagador su aroma, que hechicero su porte...  los  brazos cruzados, apoyado en la pared del ascensor  y brindándole esa maravillosa sonrisa  que la había seducido hacía varios años ya. Intentó huir, parecer  distante pero no podía, se sintió presa de  aquella mirada que aún la hacía estremecer, la acurrucaba y  la acariciaba. Aquellos ojos que no se apartaban de los suyos, le susurraban:   “Si, recuerdo cada uno de  tus besos, la sensación húmeda de tus labios sobre mi piel, tu ternura y toda la sensualidad que se eres capaz de dar..tu risa contagiosa…si, te añoro y me acompañas, no lo dudes”. Sólo entonces, la mujer se dio cuenta  de que  el círculo no se había cerrado debidamente;  lo sintió suyo y aún se sintió como la primera vez: su fruto prohibido. 

  Supo que lo que fuera que tuviesen, no era historia concluida..aún quedaba un vértice por limar. Se remojó los labios con la lengua delicadamente, se irguió para ofrecerle su imagen más seductora   y con un simple “Hasta mañana” le transmitió:
  -Nene, aún eres mío…. ¿Jugamos?